Veracruz, Ver.- En el marco del mes patrio y en señal de respeto al Lábaro Patrio, el Gobierno Municipal de Veracruz que preside Ramón Poo Gil, llevó a cabo los Honores a la Bandera en el Zócalo de la ciudad.
Generan mexicanos tejido cardíaco que podría sustituir implantes del corazón
Published in Ciencia y SaludPermitiría la colocación de células vivas funcionales en zonas necrosadas. Buscan producir órganos completos para no depender del trasplante
Ciudad de México.- Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) buscan cultivar in vitro andamios o soportes, a partir de células sanas cultivadas en biorreactores que con ayuda electromecánica favorecen el crecimiento celular, lo que permitiría generar tejido cardíaco nuevo con el propósito de sustituir los implantes de corazón.
Profesores de las divisiones de Ciencias Naturales e Ingeniería y de Ciencias Básicas e Ingeniería de las Unidades Cuajimalpa e Iztapalapa desarrollan un proyecto multidisciplinario con tales objetivos, informó la doctora en Ciencias Nohra Elsy Beltrán Vargas.
La académica del Departamento de Procesos y Tecnología citó durante el Seminario Generación de Plataformas para Ingeniería de Tejido cardíaco, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según los cuales cerca de 17.5 millones de personas fallecen cada año por enfermedades cardiovasculares, constituyendo la principal causa de muerte en el plano global.
Los científicos trabajan con biomateriales aptos para el crecimiento de células como polímeros naturales y cerámicas de alta porosidad, favoreciendo el paso de nutrientes y proteínas que ayuden a la reproducción de estos tejidos con volumen y forma tridimensional. Dicho conducto es resultado de la unión de células cardiacas a dichos materiales.
Beltrán Vargas afirmó que las enfermedades cardiovasculares no matan los órganos por completo sino sólo una parte, por lo que este proyecto en fase experimental permitirá la colocación de células vivas funcionales en zonas necrosadas para su integración en el resto del corazón, hasta lograr que formen un volumen considerable.
Este tipo de enfermedades ocasiona cerca de 300,000 muertes anuales en México, de las cuales alrededor de 21 por ciento se debe a padecimientos isquémicos, es decir, ocasionados por un desequilibrio entre el flujo sanguíneo de las arterias coronarias y el requerimiento de oxígeno del miocardio, debido a malos hábitos de alimentación y sedentarismo que generan depósitos de grasa en los vasos sanguíneos.
En la actualidad existen tratamientos convencionales como los farmacológicos que intentan aumentar la frecuencia cardiaca, sin embargo, cuando el corazón se encuentra debilitado no bombea sangre de manera adecuada provocando insuficiencia cardiaca crónica, en tal caso el paciente sólo aspira a un trasplante de órgano.
El reto de esta ingeniería es la generación de órganos completos para no depender del trasplante de órganos, cuyas desventajas van desde la escasez de donantes, la compatibilidad entre donante y receptor, la efectividad del tratamiento inmunosupresor (evita el rechazo del cuerpo al órgano), así como los altos costos asociados al trasplante, sin contar el tratamiento farmacológico al que se someten los pacientes prácticamente por el resto de su vida.
Las alternativas actuales están orientadas al uso de dispositivos como el de "asistencia ventricular" que mantiene conectado al corazón a través de una bomba controlada de forma neumática o eléctrica auxiliando en el correcto bombeo de sangre, sin embargo, el enfermo necesita estar conectado todo el día a la máquina, limitando la calidad de vida y generando constantes complicaciones de septicemia (infecciones bacterianas).
Se han desarrollado otras alternativas como la terapia celular o inyección de células troncales, tratamiento que busca direccionar estas células a la zona de daño cardíaco para trabajar en la auto-reparación del tejido. Esta terapia ya se emplea en algunos hospitales, aunque no se detectan grandes mejoras en el desempeño del corazón y además se han reportado daños al ventrículo izquierdo.
Esta rama de la ingeniería biomédica promete ser altamente eficaz, planteándose el objetivo de reemplazar los tratamientos existentes mediante la generación de nuevo tejido cardíaco reduciendo el costo a menos de la mitad de lo que cuesta un trasplante de órgano, dijo la doctora Beltrán Vargas, quien en 2007 recibió la Medalla al Mérito Universitario por sus estudios de doctorado en la Unidad Iztapalapa de la UAM.
Agencia ID
Eutanasia, clonación y manipulación genética: ¿por qué necesitamos la bioética?
Published in Ciencia y SaludSantiago de Querétaro, Querétaro.- La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), a través de la Facultad de Filosofía, abrió las puertas de la Unidad de Bioética, un centro regional que promoverá la reflexión académica respecto a la autonomía, justicia y el respeto a la dignidad humana inherentes a la investigación científica y el desarrollo tecnológico.
El director académico de la Unidad de Bioética, José Salvador Arellano Rodríguez, aseguró que desde 2001 la Universidad Autónoma de Querétaro ha puesto un especial énfasis en el estudio de la ética y su relevancia en la sociedad actual.
“Esta disciplina nos permite reflexionar y criticar acerca de la bondad en el desarrollo de la vida humana. El mundo contemporáneo requiere de principios y valores de carácter moral que nos permitan ser mejores como sociedad y como personas diariamente”, destacó.
Arellano Rodríguez detalló que el antecedente de la Unidad de Bioética fue un consorcio trinacional entre Canadá, Estados Unidos y México, liderado por la biotecnóloga Hilda Romero Zepeda, quien actualmente es coordinadora de la maestría en bioética y ética aplicada en la Facultad de Derecho, donde profesores de distintas facultades de la UAQ se integraron en grupos inter y transdisciplinarios, con el objetivo de reflexionar sobre los problemas éticos, no solamente desde la perspectiva teórica de la filosofía sino en cuestiones más prácticas y aplicadas.
“Así tenemos profesores de las facultades de Química, Derecho, Psicología, Ciencias Naturales, Ingeniería, Filosofía, entre otras. Eso nos ha permitido mantener un diálogo para poder reflexionar sobre casos prácticos en el ámbito de la bioética, como el aborto, la eutanasia, la clonación, la manipulación genética, el cambio climático, las relaciones médico-paciente o los transgénicos, todas esas problemáticas están directamente relacionadas”, explicó.
El director académico de la Unidad de Bioética subrayó que a través de estos encuentros surgió una segunda iniciativa, que fue el consorcio Iniciativa Ética para la Educación en el Caribe, financiado por el Centro Internacional Fogarty y el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, con la participación de instituciones como la Universidad de Clarkson, Nueva York, la Universidad de Saint George, en Granada, y la UAQ.
“Es así como surge la Unidad de Bioética, un centro inter y transdisciplinario donde tenemos la participación de cuatro investigadores principales: el doctor Robert T. Hall, filósofo, sociólogo y teólogo; la doctora Hilda Romero Zepeda, especialista en biotecnología; el doctor en derecho Bernardo García Camino, y un servidor, por parte de la Facultad de Filosofía. Paralelamente tenemos la participación de otros profesores expertos de la UAQ, una liga directa con la maestría en ética aplicada y bioética que se imparte en la Facultad de Derecho y creamos la Cátedra Patrimonial de la universidad en esta área de estudio”, abundó.
José Salvador Arellano Rodríguez definió esta unidad como un centro de investigación, educación y difusión interdisciplinaria y plural, que busca rescatar principios fundamentales como la autonomía, justicia y la beneficencia.
“Tenemos la característica de que somos una unidad deliberativa, no somos una institución de bioética de carácter dogmático ligado a una religión oficial, somos plurales, laicos y eminentemente críticos. Como resultado, tenemos varios textos publicados, como el de Ética de la investigación científica —que se puede descargar de manera gratuita por Internet—, otro sobre ética de investigación social a cargo del doctor Robert T. Hall, además de cursos en línea”, subrayó.
Comités de bioética para vigilar el trabajo científico y tecnológico
Por su parte, el investigador Robert T. Hall explicó que una de las principales líneas de este centro es la promoción de comités de bioética en instituciones dentro y fuera de la universidad.
“En 2011, la Ley General de Salud en México estableció que cada institución que haga investigación con seres humanos debe tener un comité de bioética para su aprobación. En la UAQ iniciamos un programa desde 2013, a través de la Dirección de Investigación y Posgrado, en el que se planteaba que en los proyectos llevados a cabo por profesores o estudiantes donde se vieran involucrados humanos, animales o la bioseguridad en experimentos químicos o genéticos, deben someterse a la aprobación de estos comités. Buscamos que existan en todas las facultades de la universidad”, puntualizó.
Robert T. Hall subrayó que la unidad cuenta con un programa de capacitación que trabaja con el apoyo de la Comisión Nacional de Bioética, lo que ofrece un respaldo académico importante.
“En las universidades, los estudiantes reciben cursos de ética profesional que se enfocan solo en el comportamiento que deben mostrar en el ejercicio de su carrera; sin embargo, el movimiento de la bioética se dirige a vigilar el respeto a la dignidad y los derechos de la otra parte, que son los pacientes, poblaciones vulnerables o incluso animales no humanos”, advirtió.
Al respecto, el director académico de la Unidad de Bioética de la UAQ, José Salvador Arellano Rodríguez, abundó que anteriormente, la investigación científica y tecnológica se centraba únicamente en generar resultados sin tomar en cuenta aspectos como la dignidad, el respeto a la vida y la justicia, que son parte de los derechos humanos.
“Hoy en día, sabemos que no todo se resume en obtener resultados en la ciencia, tecnología o el ámbito clínico, sino que también hay que cuidar la parte moral y ética. Las universidades y otras instituciones ya establecieron requerimientos y señalan que cualquier proyecto que implique una relación con personas, el medio ambiente o con los animales no humanos requiere ser revisado, para ver si guarda y salvaguarda cuestiones de aspecto moral, si son justos, si no están cometiendo un daño a la persona o al entorno”, puntualizó.
Arellano Rodríguez señaló que la siguiente fase de la Unidad de Bioética de la UAQ será consolidarse como un centro de atención que pueda acreditaron y revisar protocolos de los comités establecidos de otras instituciones, tanto de nivel público como privado.El programa de la maestría en ética aplicada y bioética de la Universidad Autónoma de Querétaro está incorporado al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
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