SURSUM CORDA
¿Rezar es anticuado y la oración es lo moderno y sofisticado?
Pbro. José Juan Sánchez Jácome
Se nos invita constantemente a ser muy cuidadosos en lo que pensamos y en lo que llegamos a expresar porque sin darnos cuenta tendemos a bloquearnos, menospreciarnos y limitarnos. Eso es lo que provocamos desde nuestra mente cuando decimos, por ejemplo: que nadie nos quiere, que no servimos para nada, que nuestra vida no tiene sentido.
Cuando eso es lo que pensamos y constantemente lo manifestamos perjudicamos nuestra autoestima y provocamos diversos bloqueos que nos inhiben para desarrollar todo nuestro potencial y consolidar una vida armónica y saludable.
Se nos exhorta, por lo tanto, a no bloquearnos ni menospreciarnos sino más bien valorarnos, aceptarnos y querernos para quitar todas las ataduras. En vez de expresarnos de manera negativa y pesimista, más bien llegar a decir: yo puedo, me acepto, soy importante, estoy bien, etc.
En la vida cristiana la paz, la alegría y la fortaleza nos vienen sobre todo de la oración. En la Biblia y especialmente Jesucristo insiste y da testimonio del carácter imprescindible de la oración. Aunque en un sentido amplio rezar y orar se pueden tomar como sinónimos, en un sentido más concreto son susceptibles de diferenciarse.
Sin embargo, rezar en estos tiempos se nos hace algo anticuado. Suponemos que lo sofisticado, lo nuevo y lo moderno es únicamente la oración. De esta forma, tendemos a menospreciar uno de los niveles fundamentales de la oración que es rezar.
A Jesucristo y a los santos muchas veces les bastaba una frase, una palabra, una confesión de fe para estar en oración. Las expresiones tan profundas de los salmos y los rezos que solemos hacer, aun en su brevedad y particularidad, consiguen esos dones espirituales que tanto anhelamos: “Señor tú eres mi Salvador”; “Señor, ayúdame”; “Te doy gracias, Señor”; “Te alabo, Señor”; “Bendito y alabado seas, Señor”; etc. A veces estas expresiones bastan para que se garantice la relación con Dios.
Rezar, por lo tanto, no es hablar de algo anticuado, de un nivel que ha sido superado. Rezar para nosotros es imprescindible y se parece mucho a lo que vivimos en otras circunstancias de la vida.
Hay que notar que en su estructura rezar es repetitivo, precisamente como el amor que no deja de expresarse. Eso es exactamente lo que hacemos cuando queremos a alguien y tenemos necesidad de manifestárselo. A esas personas importantes les decimos: “te quiero”, “te amo”, “te necesito”, “te extraño”. Cuando queremos a alguien y tenemos necesidad de confesar nuestro amor, nada nos detiene.
Uno no se queja que siempre nos digan esas palabras. No se pone uno a reclamar: “eso me dijiste hace una semana, hace un mes, un año, hace 10 años”; o, “ya me lo dijiste”. Son palabras repetitivas que se necesitan escuchar y que tienen un efecto especial en cada momento de la vida.
El santo rosario es una oración fundamental para los cristianos. Además de todo el bien que provoca la relación con la Santísima Virgen María, el santo rosario ha sido nuestro compañero fiel en situaciones extremas y, particularmente, cuando enfrentamos la muerte de nuestros seres queridos.
Ante la muerte y los sufrimientos de esta vida, cuando faltan las palabras, cuando no sabemos cómo expresarnos y qué decir a Dios, el santo rosario ha sido nuestro compañero, nos ha llevado a canalizar nuestro pesar, nuestros sentimientos y nuestra profesión de fe.
Cuando alguien te dice: “te amo”, no importa que sea la décima o la enésima vez que te lo haya dicho. Siempre se necesita escucharlo. Con el santo rosario pedimos prestadas las palabras del arcángel Gabriel, de santa Isabel y de la Santísima Virgen María para decirle algo bello al Señor, para expresarle nuestro cariño, gratitud y alabanza, así como la necesidad que tenemos de consuelo y fortaleza ante los duelos, los sufrimientos y los peligros que vamos enfrentando.
Decía Mons. Fulton Sheen: "El rosario invita a nuestros dedos, a nuestros labios y a nuestro corazón a entonar una gran sinfonía de súplica y oración, y por estos motivos es la plegaria más grandiosa que jamás haya compuesto el hombre. El Rosario es un sitio de encuentro de los no instruidos y de los sabios; es la escuela donde el amor sencillo se acrecienta en conocimientos y donde los sabios aumentan su amor".
Por lo tanto, la importancia de la oración no está en la sofisticación sino en la pasión con la que expresamos nuestro cariño y la necesidad que tenemos de Dios.
Así se refiere el gran filósofo español Miguel de Unamuno a su regreso a la fe y al santo rosario: “El rosario me hace recobrar lo que perdí por el camino inverso a aquel por el que lo perdí. Pensando en el dogma lo deshice, pensando en él lo rehago. Donde hay que pensarlo y vivirlo es en la oración. La oración es la única fuente posible de comprensión del misterio. ¿El Rosario? ¡Admirable creación! La de rezar meditando los misterios. No sutilizarlos ni escudriñarlos sobre los libros, sino meditarlos de rodillas y rezando. Este es el camino. Estos dedos que están sirviendo para contar las salutaciones de tu rosario no pueden emplearse ya, bendita Virgen, más que para narrar la gloria de tu Hijo”.
Cuando se acerque el momento de nuestra muerte y tengamos mucha necesidad de hablar con Dios para pedirle perdón, para suplicarle que nos acompañe en ese proceso difícil, para que no nos sintamos solos en este último momento de la vida; en ese momento no tendremos la capacidad de hacer grandes discursos ni de sostener un diálogo profundo con Dios.
En momentos así le diremos a Dios: “perdóname”, “ayúdame”, “te necesito”, “ten compasión de mí”, “llévame al cielo”, “Santa María, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”. Entonces los rezos de nuestra vida estarán a nuestro alcance para hablar con Dios. Y el avemaría no será monotonía sino nuestra última sinfonía.
Dialoga Sergio Gutiérrez con periodistas sobre la importancia de la Reforma Electoral
Published in EstatalXalapa, Ver., 24 de julio de 2022.- El Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, se reunió con destacados periodistas con quienes compartió la importancia del Parlamento Abierto sobre la Reforma Electoral que inicia esta semana.
El Presidente de la Cámara de Diputados fue invitado por el Grupo de los Diez, periodistas y columnistas interesados en el quehacer político, a quienes explicó la importancia de profundizar la Democracia, defendida por la Cuarta Transformación.
Acompañado de su esposa, la legisladora Diana Karina Barreras Samaniego, el diputado federal minatitleco remarcó su respaldo y simpatía por el trabajo y oficio político que realiza el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien ha tenido múltiples expresiones de apoyo en diferentes partes del país.
En el encuentro al que asistió la diputada local Jessica Ramírez Cisneros, participaron los periodistas Bernardo Bellizia, Omar Zúñiga, Quirino Moreno, Pedro Morales, Melitón Morales, Pepe Valencia.
Así como Manolo Santiago, Bulmaro Bazaldúa, Miguel Ángel Cristiani, Bernardo Gutiérrez Parra, Sergio González Levet y Norberto Galván, integrantes del Grupo de los Diez.
Yhadira Paredes/Xalapa, Ver.- Luego de unirse al sufrimiento y el dolor de miles de familias mexicanas que buscan a sus hijos, hijas nietos, nietas, padres y madres desaparecidos, viviendo la violencia y la impunidad, el arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong consideró que con impunidad y echándole la culpa al pasado no se puede construir un México de paz.
En la la misa de este domingo desde la Iglesia Catedral de Xalapa, el prelado católico destacó que se unen a todas las celebraciones eucarísticas del país para orar por los desparecidos, además sostuvo que las fotografías que se llevaron dan cuenta de que son muchos muy jóvenes que han sufrido esta violencia.
Ya en su homilía dejó en claro que no se puede construir un México de paz echando todo el tiempo la culpa al pasado y enfrentando a los mexicanos y mexicanas unos otros y lamentó que la patria y las relaciones sociales se hayan quebrado porque no ser capaces y no poder orar y relacionarse como hermanos del mismo padre.
"Orando y viviendo como hermanos y hermanas nosotros decimos: no, nunca jamás a esas narrativas, a esas historias cotidianas que nos quieren lanzar de que somos enemigos unos con otros. Lo único que hacen es recalcar las diferencias entre los mexicanos para que no vivamos teniendo un padre nuestro, para que no vivamos como hermanos, vivamos creando conflictos, rivalidades y violencia".
El Arzobispo aseveró que cuando los mexicanos oran dicen no a aquellos que siempre hablan de que la solución es la violencia, estar unos contra otros, que vivamos con revanchas y a no vivir la vida de Dios y a perdonar.
LLAMAN A ORAR POR LOS ABUELITOS Y ABUELITAS
Por otra parte, Jorge Carlos Patrón Wong pidió orar por los abuelos y abuelas, vivos y fallecidos, quienes siempre están pendientes de orar por sus familias y por su país.
"Nos recuerda a nuestros abuelitos que siempre están pidiendo por sus hijos, por sus nietos, por la familia, por México. Son un recordatorio viviente de lo que es oración. Siempre están ofreciendo la eucaristía por nosotros y nos hacen recordar que nos han acompañado en la fe, son los primeros en preocuparse para que los hijos no se alejen de Dios", finalizó.
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